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Con bombo y faldón: Entrevista a ALUNA TAMBÓ

KURICHES!!  Como de seguro te has enterado por nuestras redes, hemos estado acompañando a la colectiva ALUNA TAMBÓ, quienes después de 7 años de intenso trabajo y estudio han puesto sus conocimientos para ser compartidos en el proyecto “Escuela de Formación Aluna Tambó. La incidencia se toca y se baila con bombo y faldón” que ya esta finalizando por estas semanas.

Motivades por tan generoso e intenso proyecto es que nos acercamos a las ALUNAS para hacerles algunas preguntas y que nos cuenten mas de su historía, de su ideología, como tambien de los objetivos de este proyecto,

Les dejamos con ALUNA TAMBÖ:

Esta entrevista ha sido respondida en forma colectiva por Isabel Araya Morales, Javiera Núñez Raby, Rosario Flores García, Francisca Toro Figueroa, Constanza Silva Díaz, Nicole Serrano Ortiz, Yanina Ríos Quinteros, Melissa Bonnin Cortés, Pamela Guerra Ormazábal, Rosa Lara Lara, Pierina Muñoz Baez y Claudia Parra Aravena en el marco de la “Escuela de Formación Aluna Tambó. La incidencia se toca y se baila con bombo y faldón”, desarrollándose actualmente.

Kuriche: ¿Cómo nace Aluna Tambó?

A. T: En el año 2014 la actual directora, Pamela Guerra Ormazábal invita a Rosario Flores García, Nicole Serrano Ortiz, Francisca Toro Figueroa y Melissa Bonnin Cortés, con tan sólo la intención de juntarse a tocar, conversar y aprender sobre el afro mandingue en un ambiente femenino. Con el paso del tiempo el grupo adquiere fuerza de la mano del crecimiento en su número de integrantes.

Para poder bautizar con un nombre a nuestra colectiva, dimos la tarea de que cada una debía llegar al próximo ensayo en la casa de Nicole con palabras que les gustaran, ya sea por su significado o por aquello que nos hacían sentir, dando paso a consolidar ya de manera oficial la creación de Aluna Tambó, que según como se mire podría significar “Cerca del Tambor” o  “Bienvenidos”, también se define a Aluna como el mundo espiritual dentro de algunas culturas, y así, hay muchos otros significados.

Hoy, luego de 7 años, Aluna Tambó es fuerza de mujer, madre, hermana, compañera, amiga y familia. Es respeto y admiración por nuestras ancestras. Además de pasión y amor por todo lo que hacemos.

K: ¿Cuáles fueron las motivaciones para integrar esta colectiva?

A.T: Las razones fueron muchas pero sobre todo se relacionan con las ganas de crear. No sólo música y danza, sino también buscar y consolidar espacios liderados por mujeres.

Desde hace tiempo la escena musical, y sobre todo aquella ligada a la percusión ha sido completamente masculina.

Lo que nos motivó –  a todas –  fue crear un espacio diferente. Un tanto rebelde y al margen de “lo normal”, donde fuésemos las mujeres, con nuestras manos y pies, las protagonistas del tambor. Además somos muy “busquillas” y cada una quiso aportar desde lo que sabía y ésto fue otra gran razón del por qué ser parte de esta colectiva: tener un espacio para unir nuestras experiencias, saberes, conocimientos y desconocimientos, para caminar juntas y en bloque, al lado una de la otra.

Hoy en día nos da mucho gusto ver como han proliferado las agrupaciones musicales de mujeres, y nos llena de orgullo saber que hemos podido aportar con nuestra semilla al proceso.

K: ¿Cuál o qué mensaje esperan entregar perteneciendo a esta colectiva, tanto a través de sus creaciones, puesta en escena o en los medios de comunicación?

A.T: En primera instancia, continuar con el trabajo de  visibilizar la cultura afrodescendiente incluyendo siempre la importancia del rol de la mujer afrodescendiente (tanto chilena como migrante) en el movimiento, siendo este manifestado desde el ámbito político, social, educativo, artístico y/o cultural.

Creemos firmemente que este mensaje debe ser entregado principalmente durante las infancias, en donde se posiciona a la mujer afrodescendiente como precursora de un movimiento. Lideresas, percusionistas, bailarinas, en fin, mujeres referentes. Construyendo así en los niños y niñas, una formación personal y social en donde puedan identificarse. Incluir, respetar y entender la valorización de la diversidad cultural y del rol de la mujer afrodescendiente, para poder así construir desde la base de la sociedad una educación intercultural e integral.

Una educación donde se erradiquen dinámicas en torno a la discriminación, el racismo, la exclusión, la intolerancia y la desigualdad.

K: ¿Cómo ha sido para ustedes abanderarse con el feminismo y/o la decolonialidad?

A.T: Nuestras experiencias de vida han propiciado que al día de hoy podamos situarnos desde ciertas trincheras, en este caso particular: desde el feminismo y la decolonialidad.

En primer lugar, somos un grupo femenino, que reivindica la afrodescendencia en modos diversos, que se puede tomar de la decolonialidad para dar cuenta del valor político que reside en nuestra danza, música y letras, pues creemos que  la política tradicional no es el único modo para aportar a las diversas luchas.

La lucha en particular del pueblo afrochileno y las redes afrodiaspóricas del mundo, y cómo desestabilizamos, quebramos y reconocemos esos otros modos de resistir, luchar y en este caso, reivindicar desde memorias y manos femeninas una historia muchas veces negada, particularmente en este país.

Nos podemos situar desde estos dos ángulos: decolonialidad y feminismo, pero no cualquier feminismo, un feminismo desde el borde, un feminismo que se teje de la genealogías de la negritud, de las disidencias sexuales, descentralizado, que acoge a las infancias y maternidades deseadas, un feminismo contrario al blanco (ese hegemónico), un feminismo que es fiel reflejo de nuestras vidas, y por tanto, contradicciones.

Por lo mismo, nuestra escuela se dirige a mujeres y disidencias de cada una de las regiones del país, comprendiendo que lo cultural es político y se llama “Escuela Aluna Tambó: La incidencia se toca y se baila con bombo y faldón”.

K: ¿Qué obstáculos han debido superar como grupo desde su formación?

A.T: En un principio no tener lo suficientes instrumentos y poco conocimiento de la cultura afro mandingue, siendo nosotras de Arica, estudiando algo que aún no tenía una historia en nuestra ciudad y alejadas de la capital (Santiago), donde había más acceso a profesores y clases de este estilo.

La mayoría éramos estudiantes con inmensas ganas de aprender, que poco a poco fuimos superando la centralización que hay nuestro país. Logramos recaudar dinero para poder completar nuestros instrumentos y viajar al festival África Mandé para tomar clases  con maestros africanos.

Al principio, ser un grupo de percusión y danza completamente femenino, en un entorno donde musicalmente lideraban hombres, produjo un ambiente de comentarios y prejuicios hacia nosotras, sólo por romper el mito de “que las mujeres no tocaban tambor”.

Y esta experiencia, en vez de considerarlo un obstáculo o un impedimento, nos  motivó a seguir adelante por nosotras y todas las mujeres.

En la actualidad somos 12 mujeres con diversos roles, labores y actividades individuales. La organización de nuestros tiempos, más ahora en pandemia, ha sido la dificultad actual. Sin embargo, con 7 años recorridos juntas, comprendemos, apoyamos los tiempos y procesos  personales de cada una y de alguna u otra forma siempre volvemos a coincidir.

K: ¿Cuáles son los referentes (artísticos, políticos, etc.) que han influido en el proceso creativo o de desarrollo grupal?

A.T: Partimos por nuestras ancestras, abuelas, madres, tías, hermanas y primas, portadoras de un legado, que traducido en experiencias de vida y en herramientas personales nos impulsan a seguir creciendo y a seguir desarrollando nuestro discurso y nuestro actuar.

Si pensamos en referentes artísticos podemos vislumbrar en nuestros comienzos la poca visibilización de la mujer tamborera,sin embargo, actualmente vemos en grupos femeninos o grandes colectivas/os y percusionistas mujeres la inspiración para seguir y tejer redes para justamente aportar en esta visibilización .

Es innegable la referencia hacia Perú en lo artístico e históricamente ligado a nuestro territorio ( a veces más que a Chile mismo), la fuerza de los ballets africanos, Violeta Parra,  Gabriela Mistral, Angela Davis, Nina Simone y todas las mujeres subversivas que desafiaron a su época. Pensamos en Luisa Toledo, en Ana Gonzalez, Fabiola Campillay y en aquellas que perdieron a sus familiares en dictadura y durante el estallido social y que siguen  luchando con y sin miedo.

Finalmente dentro de nuestra colectiva también vemos referentes, mujeres en constante búsqueda de crecer, aprender y crear en espacios que en algún momento fueron negados y que han ido creciendo hasta convertirse en referencia tanto para nosotras como para otras mujeres.

K: ¿Qué opinión o postura tienen respecto al nuevo proceso constitucional y el vínculo con el movimiento afrochileno?

A.T: Pensamos que es un hecho histórico y que este proceso para una nueva constitución tiene la relevancia y el valor de haberse puesto en escena desde el pueblo mismo.

No olvidemos que fue en la calle. En cada marcha, cada manifestación, donde se exigió el derecho a una nueva constitución, democrática, que sustituya a la constitución de puertas cerradas que nos rige desde 1980.

Para lograr vivir este momento, lamentablemente hubo represión, muertos, torturados, presos políticos, y eso lo recordamos al momento de ejercer nuestros votos. Por otro <lado, nuevamente el pueblo afrochileno fue excluido de las decisiones nacionales, al rechazar la solicitud de escaños reservados. De manera independiente, el pueblo afrodescendiente en la región de Arica y Parinacota postuló a sus representantes constituyentes en la lista Súmate Ahora, logrando más de cuatro mil voto y si bien no logramos obtener representación en el proceso constituyente, la lista afrodescendiente también fue un hito histórico y marca un precedente en la lucha por los derechos civiles y políticos de los afrochilenos y afrochilenas y estando ya reconocidos por el Estado chileno con la Ley 21.151.

Es una contradicción estar fuera de un nuevo proceso constituyente, por lo que continuaremos insistiendo hasta ser considerados y representados en todos los ámbitos del quehacer nacional.

K: ¿Qué expectativas tienen de su proyecto “Escuela de Formación Aluna Tambó. La incidencia se toca y se baila con bombo y faldón”?

A.T: La verdad es que estamos viviendo el proceso de la Escuela Aluna Tambó clase a clase.

Estamos sorprendidas de lo mucho que hemos aprendido de nosotras mismas, como personas individuales y como colectiva. De los frutos del trabajo en equipo coordinado y ejecutado por mujeres, porque es en estas instancias donde se pone a prueba todo lo aprendido a través de los años.

Con las alumnas y alumnes ha sido un proceso maravilloso de descubrimiento del territorio chileno y de cómo el tambor acompaña luchas sociales. La creación colectiva y la capacidad que se ha tenido, junto al equipo técnico, de que podamos estar conectadas con más de 30 personas en cada clase y que juntas y juntes, conversemos, cantemos, toquemos, bailemos y nos conozcamos ha sido algo que aún no logramos digerir completamente, ya que aún no terminamos el proceso en el que estamos poniendo mucha energía positiva y amor por la labor que asume Aluna Tambó y nuestro reconocimiento respetuoso hacia todo aquel que haya dado un granito de arena a la investigación, sistematización y difusión de la historia afrodescendiente y su reivindicación.

Entrevista: Paulina Torres y José Rojas